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  En 1991, enclavado en lo profundo de la provincia vietnamita de Quang Binh, el maderero Ho Khanh tropezó con algo sorprendente: la entrada de una cueva oculta, oculta por el denso follaje de la jungla.  El terreno era tan traicionero que Khanh no pudo explorarlo de inmediato, pero marcó mentalmente el lugar.

  En una mañana aparentemente tranquila del 19 de marzo de 2002, en Londres, Inglaterra, la residencia del ingeniero informático escocés Gary McKinnon, de 36 años, se convirtió en el punto focal de un episodio dramático.  Agentes de la Unidad Nacional contra Delitos de Alta Tecnología, en representación del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, invadieron sus instalaciones.  Se reveló que McKinnon había pirateado sistemas informáticos altamente clasificados en la NASA y el Pentágono.

  El 19 de febrero de 2015, la nave espacial Dawn de la NASA transmitió una secuencia de imágenes que asombraron a los científicos de la Tierra.  Las instantáneas revelaron luces brillantes e inexplicables en Ceres, un planeta enano en nuestro patio cósmico.  Se plantearon hipótesis iniciales, como la presencia de campos de hielo o emisiones de gases volátiles, pero las imágenes posteriores de alta resolución profundizaron el misterio en lugar de resolverlo.  En junio, el enigma se intensificó cuando Dawn capturó lo que parecía ser una estructura gigantesca de cinco kilómetros de altura que recordaba a una pirámide.

La nave espacial Dawn registró esta secuencia de colores al aproximarse al gran asteroide Vesta de 535 kilómetros de ancho en junio de 2011. Muestra un color mejorado que se extiende más allá del alcance humano hasta el infrarrojo cercano.  Incluso con esta resolución son evidentes diferencias de color importantes.  Los verdes pálidos están asociados con una composición diagnóstica (equivalente a un gabro o basalto).  Estos colores están asociados sin la gran cuenca de impacto en el Polo Sur, en la parte inferior de Vesta en estas vistas.  La composición de los cráteres anaranjados cerca del centro de la secuencia aún no está resuelta.

  Durante miles de años, la gente ha estado describiendo objetos brillantes inexplicables en el cielo.  Algunos fenómenos aéreos como cometas, lluvias de meteoritos,   bólidos.  , auroras o incluso relámpagos de terremotos (todos ellos fácilmente explicables con el conocimiento actual) fueron ampliamente reportados en el mundo antiguo.

  Un equipo científico de cazadores de extraterrestres  estadounidenses  afirma que si  la vida avanzara  en cualquiera de los 1.000 sistemas estelares diferentes, ¡podrían estar observando la Tierra ahora mismo!  Los cazadores de alienígenas estadounidenses son probablemente los más activos y avanzados del mundo en lo que respecta a este tipo de  caza  : tienen el mejor equipo y probablemente también los mejor financiados.  Los últimos hallazgos de este equipo sugieren nuevas posibilidades en la búsqueda de vida extraterrestre.  .  .